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¿Por qué consumir productos locales es, casi siempre, más ecológico que ser vegano?

Eliminar la carne de la dieta puede no ser la alternativa más ecológica. Descubre en nuestro post por qué.

Vegano no es sinónimo de ecológico ni sostenible

Atrás ha quedado ya el mes de enero y la iniciativa Veganuary, un movimiento global que retaba a los foodies de todo el mundo a desterrar la carne y los productos lácteos de su dieta durante todo el mes. Con más de 400.000 seguidores a nivel global según la organización, este “challenge” mundial ha sido un éxito, pero paralelamente los gigantes de la alimentación han aprovechado el tirón lanzando al mercado innumerables productos de ‘fast food’ veganos. ¿Es entonces ser vegano tan sostenible como lo pintan?

Sinceramente aunque evitar consumir productos cárnicos o lácteos no tiene por qué significar consumir más productos importados sí que es cierto que muchos de los alimentos veganos viajan miles de kilómetros hasta llegar a las estanterías de los supermercados. Un producto vegetal, por el hecho de ser vegetal, no significa que sea más respetuoso con el medioambiente.

Muchos veganos no son conscientes del gran impacto que causan consumiendo determinados productos. Tal y como afirmaba el periodista Richard Gray en su artículo «Why the began diet is not always green» para BBC «el veganismo también está dañando nuestro planeta». «No todos los alimentos veganos dejan una pequeña huella de carbono».

Además de la huella de carbono que dejan muchos alimentos vegetales viajando miles de kilómetros hasta su destino, incluso por el aire, está también la forma de producción de algunas alternativas “veganas”, completamente industrializadas a gran escala, y el gasto energético, de agua, etc. que conllevan. Algo que no se suele tener en cuenta pues se da por hecho que su origen vegetal significa indefectiblemente que es más respetuoso con el medioambiente y también más sano. Sirva como ejemplo la deforestación, contaminación, etc. que produce el cultivo de soja a nivel mundial.

La clave está en el consumo local y de temporada

¿Por qué debemos tomar partido entre la absurda dualidad simplista de origen vegetal o animal cuando lo verdaderamente importante es el modo de producción y su origen ético?

Consumir productos de temporada, de origen local y producidos de forma sostenible y respetuosa con el entorno es lo verdaderamente importante si queremos salvar el planeta. 

Además comprar productos de cercanía, como carne ecológica o carne producida de modo de sostenible, procedente de ganadería extensiva y producida mediante prácticas sostenibles y éticas, tiene además otros beneficios que van más allá de los medioambientales. El apoyo a productores locales y al desarrollo sostenible del medio rural que tantos problemas presenta ahora mismo, o conectar a los consumidores con los lugares de origen de los productos, es también una forma de contribuir a salvar el planeta y a apostar por otros estilos de vida más respetuosos con el entorno.

Tampoco la alternativa vegana es la más saludable por decreto. Una dieta que incluya carne falsa o productos ultraprocesados veganos, por muy veganos que sean, es mucho menos saludable, según los científicos, que el consumo moderado de carne.

Al final el secreto de todo está en el sentido común, como casi siempre.

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